El público se encuentra ya tomando la decisión de cuál de los dos es el merecedor del premio final, y la verdad es que, bajo mi punto de vista, ambos podrían conseguirlo. Y es que han sido de los participantes que más han trabajado.
Rafa Lomana, comenzó el reality montando "pollos" y confusiones absurdas que le hacían estar en la cuerda floja. Tanto es así que la audiencia lo eliminó, pero entró en juego el palafito y es ahí donde el concurso cambió para él. Y es que allí, alejado del resto, pudo dejar constancia de que era capaz de sobrevivir por su cuenta.
El aspecto que ha ido ganando de auténtico Robinson Crusoe, con su delgadez extrema y su barba poblada, contribuyen a convencer de que ha sido un auténtico superviviente. Sin olvidar que esos "brotes" que le dan cantando o intentando hacerse el gracioso también parecen favorecerle en cierta medida despertando las simpatías del espectador.
Abraham, por su parte, ha tenido una trayectoria más lineal, marcada en todo momento por su compañerismo, su esfuerzo máximo en cada prueba, el haber sido líder durante muchas semanas o el haber pescado y trabajado como nadie. Eso sí, a nivel de espectáculo televisivo no ha aportado nada más que un peinado de niño de Primera Comunión.
Por estas razones, cualquiera de los dos sería justo ganador este año, aunque ninguno de ellos tiene el carisma de la vencedora de la anterior edición, Rosa Benito.
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