El principal atractivo de la producción no sólo era que se presentaba como una comedia de enredo muy divertida, sino también que tiene como cabeza de cartel a grandes actores de la escena española como sería el caso de Jesús Bonilla, Santi Millán y la siempre grande Blanca Portillo, que así volvía a reencontrarse con el humor en televisión después de papeles tan dramáticos en series como "Acusados" o "Niños robados".
Si no pudiste ver "El chiringuito de Pepe" tienes que saber que viene a ser una versión cómica y de ficción de lo que es el programa "Pesadilla en la Cocina", de Alberto Chicote, aderezado con unas gotitas de "Verano azul" (por eso de que transcurre en la playa) y de "Los Serrano" (básicamente por los gestos y actitudes del personaje interpretado por Bonilla).
Todo ello da lugar a una serie donde se chocan dos mundos opuestos dentro del ámbito culinario. Por un lado, el de la alta cocina de vanguardia, representado por Sergi Roca (Millán) que es un chef de fama internacional y con numerosas estrellas Michelín. Por otro, el de la hostelería "fritanga", en el que se encuentra Pepe Leal (Jesús Bonilla) al ser propietario de un chiringuito de playa.
Punto de partida de "El Chiringuito de Pepe"
El descubrimiento de quién es realmente su padre, Pepe, así como una promesa en el lecho de muerte a quien creía su progenitor, Emilio Gutiérrez Caba, es el que lleva a Sergi a trasladarse a Peñíscola para intentar reflotar el mencionado chiringuito, que está a punto de quebrar.
Allí se topará con un negocio sucio, anticuado, lleno de comida aceitosa y sin alma donde las freidoras son las verdaderas protagonistas. Es decir, todo lo contrario a lo que está acostumbrado. Por eso, no tendrá fácil su misión: convertirlo en un éxito en sólo seis meses y obtener para él una estrella Michelin.
En este primer episodio destacaríamos la buena interpretación no sólo del citado trío protagonista sino también de El Langui, que da vida a Vicente, el hijo de Pepe y hermano de Sergi.
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